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ELIGE LA DIGNIDAD POR ENCIMA DE LA INCONDICIONALIDAD

Crecimos con la idea de que la "incondicionalidad" es una virtud; una característica que poseen las "buenas personas" y los "seres especiales". A lo largo de mi vida y en consulta he escuchado expresiones como: "mi hijo/a es maravilloso/a, es incondicional"; "mi pareja es perfecto/a, nunca he encontrado a una persona tan incondicional"; como si la disponibilidad 24/7 fuera la máxima expresión de amor que se puede dar o recibir.


Confieso que en el pasado yo misma fui "la incondicional", tal como Luis Miguel la describe en su canción: "la que no espera nada" y, del mismo modo, tuve personas a mi lado con esa misma predisposición. Afortunadamente, en un punto, alguna de las partes nos dimos cuenta de que esa dinámica no era para nada digna.


Según la Real Academia de la Lengua (RAE), la palabra incondicional significa: "adepto a una persona o a una idea sin limitación o condición alguna". Bajo esta lógica, las relaciones cuya estabilidad y/o permanencia dependen de "ser absolutos" corren muchos riesgos que rebasan las posibilidades de este artículo. Sin embargo, te detallo algunos a continuación:


  1. Desnaturalización de la individualidad. Si aceptas ser incondicional, posiblemente debas anteponer las necesidades de las otras personas por encima de las tuyas obligándote a posponer tus propios planes y deseos.

  2. Disonancia Cognitiva. Ocurre cuando tienes que lidiar con pensamientos o creencias contradictorias que no coinciden con tus valores; pero aún así los justificas. Por ejemplo: si te sientes maltratado, pero mantienes esa relación, podrías decir cosas como: "todo va a mejorar" o "lo hace porque me ama".

  3. Ansiedad. Tu mente estará en estado de alerta, pues está inmersa en un entorno en donde tiene que resolver conflictos y tensiones constantemente; frente a la evaluación y aprobación externa. La ansiedad será una respuesta natural al malestar experimentado.

  4. Depresión. La sensación prolongada de incomodidad e insatisfacción conducen a estados de tristeza, desesperanza y falta de interés en actividades que nos resultaban placenteras.

  5. Baja autoestima. El inminente desarrollo de dependencia emocional, puede mermar tu capacidad para reconocer tus potencialidades y virtudes, traduciéndose en un autoconcepto pobre, apego inseguro o desorganizado y un impacto negativo a tu salud mental.


En definitiva, querido/a lector/a, si te has sentido identificado con estas líneas, es posible ahora veas a la incondicionalidad desde una perspectiva totalmente distinta a la que se ha construido desde la óptica del "amor romántico", en donde las dimensiones: emocionales, cognitivas y conductuales se conjugan a favor del otro, pero en detrimento de uno mismo.


Por consiguiente, si estás inmerso en una relación de esta naturaleza, ya sea amorosa, familiar, laboral, entre otras; te invito a tomar consciencia sobre las repercusiones que tendrás a corto, mediano y largo plazo para tu vida.


Pregúntate: ¿es válido que me anule como persona para encajar en los ideales de alguien más?, ¿Cuál es el precio que estoy dispuesto/a a pagar por mantenerme aquí?, ¿mi comportamiento va en línea con mis principios y deseos?


Ten en cuenta que la autonomía, esa capacidad de tomar decisiones desde la independencia, basado en tu propio sistema de valores, te permitirá construir conexiones positivas con otras personas, eligiendo la dignidad y el respecto como elementos clave.


Prioriza tu bienestar, solo tú eres el dueño y arquitecto de tu vida.





 
 
 

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©CarolinaDíazMentalHealth

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